La Empresa de Correos de Bolivia (Ecobol) “está en quiebra” y sus pasivos suman Bs 229,1 millones. El déficit, recurrente desde 2000, alcanzó en la gestión pasada a Bs 12,91 millones, según datos oficiales.
La situación de la empresa es “crítica”, porque “no es capaz de generar sus (propios) ingresos para pagar sus gastos operativos”, afirmó ayer el ministro de Obras Públicas, Servicios y Vivienda, Vladimir Sánchez.
Dijo que anualmente su deuda va creciendo, generándose un déficit por año que llega en promedio a los Bs 13 millones. “Ecobol está en una situación crítica (...), está en quiebra”, aseveró. De acuerdo con un informe sobre los estados financieros de Ecobol, al que tuvo acceso La Razón, la deuda de la compañía asciende a Bs 229,1 millones, de los que el 47% son obligaciones pendientes con el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN).
Asimismo, el Ministro de Obras Públicas confirmó que en la empresa hay supernumerarios y que este tema debe ser “corregido” para hacer más eficiente el trabajo en Ecobol. “No es posible que una persona que trabaja en la competencia distribuya 200 sobres cada día y que un trabajador de Ecobol distribuya solamente 50”, lamentó Sánchez.
La compañía de correos tiene actualmente en planilla a 698 trabajadores, de los que el 30% ya está en edad de jubilarse, según datos de la Gerencia Administrativa Financiera de Ecobol.
Sobre el caso de las personas en edad de jubilación, el ministro Sánchez dijo que este tema se lo está analizando con el gerente general y con el sindicato de trabajadores, “para ver cuál es la situación (real) y tomar una medida adecuada para poder seguir fortaleciendo a Ecobol”.
Antecedentes. El 7 de junio de 2011, La Razón informó que Ecobol opera de forma “deficitaria” y que sus pérdidas alcanzaban los $us 2,3 millones al año. El 29 de enero de 2013, el Gobierno anunció que la empresa sería reestructurada por no ser rentable debido a la proliferación de couriers privados, muchos de los cuales son ilegales, y porque la calidad del servicio que presta no era competitiva.
Fuente: La Razón
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