Brasil se llevó un susto de entrada con un autogol de por medio. Y después, mucho tuvo que ver el regalo que le hizo el árbitro japonés Yuichi Nishimura para que sacara a flote el primer partido de la Copa del Mundo con un 3-1 sobre la dura selección de Croacia, que vendió cara su derrota.
La pregunta es qué hubiera pasado si Nishimura no le obsequiaba al anfitrión de esta Copa el penal que luego, no sin pasar otro gran susto —porque el arquero estuvo a punto de atajar—, Neymar convirtió en gol para poner el parcial 2-1.
Solo este árbitro elegido para la apertura por sus grandes méritos en otro tipo de competiciones vio la supuesta falta. Para la mayoría, por no decir para todos, fue un invento de Fred, quien se tiró solito. Y el árbitro, tal vez presionado, decidió cobrar.
Hubiera sido terrible para Brasil y para los brasileños no ganar este primer encuentro. Ya tienen bastante con las protestas en las calles, que ayer se replicaron en diversas ciudades de ese enorme país a cargo de gente que está descontenta por los gastos públicos destinados a la organización del certamen. En las calles hubo mucha gente reclamando...
Croacia se plantó firme. En el comienzo, por muy poco, Perisic no logró convertir, su cabezazo buscando el segundo palo hizo que el balón se fuera apenas desviado. Cargando el peso de la localía, Brasil fue de entrada un equipo nervioso. Vaya cosa. Nervios para tantas estrellas del fútbol acostumbradas a los grandes retos. Pero es que jugar un Mundial es definitivamente otra cosa y hacerlo en casa, todavía más.
La selección ajedrezada —por la forma de su camiseta— no dejó de ser atrevida y a los 11 minutos llegó la sorprendente apertura de la cuenta, el primer gol de esta Copa. Fue medio raro, porque tras el centro de Olic, su compañero Jelavic remató pifiado, pero Marcelo desvió sin querer y liquidó a su compañero Julio César.
Brasil tuvo que tranquilizarse y empezar a acelerar. Dispuso de minutos en los que hizo cosas como para merecer el empate. Por ejemplo, una entrada de Neymar por la derecha terminó con un remate de Paulinho que el arquero Pletikosa sacó apenas, y después el meta croata también salvó ante Óscar.
Neymar empezó a desequilibrar de mitad de cancha para adelante y él fue, con un tiro a ras del piso, no muy fuerte pero sí envenenado, quien logró el empate. La pelota pegó en el palo izquierdo del guardameta, cuya estirada fue en vano, y se metió en el arco. Transcurrían 29 minutos.
Después vino lo anotado antes. La supuesta falta de Dejan Lovren sobre Fred —los croatas reclamaron airadamente, no sin razón— y el cobro del astro del Barcelona que llegó a manotear el guardameta, pero no a impedir que la pelota lo venciera. Fue a los 26 del segundo tiempo.
Si de méritos se trata, Brasil no había hecho muchos como para conseguir el 2-1, que sobre el final, en el primer minuto de adición, se convirtió en 3-1 con el tanto de Óscar que puso la cereza sobre la torta. Brasil pasó el primer escollo, aunque lo hizo sufriendo más de la cuenta. Fue, de todas maneras, un paso importante para lograr el primer objetivo: clasificarse a octavos. Pero con ayuda, eso es innegable.
Los datos
Ayuda
“Favor a Brasil para empezar”, tituló la edición digital del diario español Marca, en alusión al penal inventado por el árbitro.
Nerviosos
“Brasil vence el nerviosismo y bate a Croacia en el estreno de la Copa”, escribió, por su parte, el diario deportivo brasileño Lance.
Regalo
“Jajajaja...ponés”, matizó con ironía el diario argentino Olé después del “regalo Mundial a Brasil”.
Fuente: La Razón
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