lunes, 2 de junio de 2014

Bolivia: Según un estudio el lago Titicaca podría secarse


Bolivia: Según un estudio el lago Titicaca podría secarse

Ninguna amenaza parece suficiente para conmover a nadie. Las predicciones catastróficas se apilan y exhiben ante la mirada indiferente de políticos, industriales y consumidores. El historiador norteamericano Amos Batto, representante en La Paz del grupo Reacción Climática, entregó datos que deberían espantar a cualquiera. Ojalá a usted le suceda a partir de las siguientes líneas:

P: Algunos científicos piensan que si seguimos en esta ruta podríamos eliminar a la raza humana, un auténtico suicidio. ¿Esta advertencia es realista?

Siempre ha habido cambios en el clima, pero nunca hemos visto un cambio tan dramático como el que estamos provocando actualmente. Tenemos que retroceder millones de años para encontrar un evento equivalente a lo que estamos experimentando ahora. Por ejemplo, hace 251 millones de años, con un alza de seis a ocho grados en la temperatura de la Tierra, el 90% de las especies del mar y el 75% de las especies en la tierra desaparecieron. Eso no está lejos de la realidad actual.

P: ¿Cuál es el aporte concreto de Bolivia al cambio climático?

Si vemos los datos por países, Bolivia emite un porcentaje bajo de los gases de efecto invernadero. Acá, la mayoría de las emisiones viene de la deforestación. La segunda causa son los incendios o chaqueos. Otro factor, que no está bien cuantificado, es la agricultura y la ganadería. Las vacas producen metano y este gas sube a la atmósfera, lo cual es un gran problema, porque este gas calienta 34 veces más que el dióxido de carbono. En Bolivia producimos mucho metano. Otra causa son los agroindustriales, que utilizan muchos fertilizantes químicos.

P: Pese a ello, ¿los países del norte siguen siendo los mayores contribuyentes de gases de efecto invernadero?

Bolivia es un país pequeño, pero si hablamos de emisiones por persona, con una población de sólo 10 millones de habitantes, es uno de los que más gases produce en el planeta. Según el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, en 2004, que fue la última vez que se calculó, cada boliviano producía 10 toneladas al año. Sin embargo, estas estimaciones son muy bajas. Hay varios organismos que han tratado de calcular esto y por ejemplo el World Resources Institute calcula que cada boliviano emite 22 toneladas. La Comisión Europea ha calculado que son 30. Analizando los números, creo que realmente estamos cerca de las 30 toneladas por persona.

P: ¿Eso es mucho?, ¿poco?

Para tener una idea: un norteamericano produce más o menos 20, y cuando hablamos de Europa Occidental, el promedio es de nueve. De modo que Bolivia tiene un problema serio en cuanto a sus emisiones. La razón es que aquí hay mucha deforestación. Por cada boliviano se dan 370 metros cuadrados de deforestación cada año, y esto es 38 veces más que el promedio mundial. La segunda causa son los incendios. Si analizamos esto, por cada boliviano, en promedio, se dan 1.900 metros cuadrados de incendios de pasto y 460 metros de incendios forestales por año.

Es entonces un problema muy grave. Desafortunadamente los planes de desarrollo de la administración actual están basados en más emisiones, es decir, en la explotación de las reservas de hidrocarburos y la expansión de la producción agraria. Bolivia debería tratar de limitar estas actividades y reemplazarlas con otras que sean sostenibles y no estén basadas en la explotación de los recursos naturales. Acá hay un discurso muy lindo acerca de los derechos de la Madre Tierra, pero cuando analizamos los planes de desarrollo, llegamos a la conclusión de que hay una gran brecha entre este discurso y la práctica.

P: ¿Cuáles podrían ser los efectos del cambio climático sobre Bolivia?

Es difícil predecir con exactitud qué va a pasar, pero se dice que Bolivia va a sufrir muchas sequías, sobre todo en el altiplano sur, donde quedará afectada la producción de quinua y papa. Pero el problema principal van a ser las sequías en el Amazonas. La consecuencia de ello es que antes la cuenca amazónica podía absorber mucho dióxido de carbono del aire, pero ahora con estas sequías hay evidencias para sugerir que ya no está cumpliendo esa función como antes. En el futuro hay la posibilidad que todo el Amazonas pueda empezar a morirse y cuando empiece este proceso, será muy difícil frenarlo. Toda la región va a sufrir si tenemos un colapso en el sistema de aguas, lo que es muy preocupante, porque todos los planes de gobierno tienen que ver con usar energía hidroeléctrica para producir cuatro veces más electricidad de la que usamos actualmente.

La mitad de esta electricidad se va a exportar al Brasil, pero si hay este colapso del ciclo de aguas, ninguna de esas hidroeléctricas va a funcionar, porque no habrá lluvia. Por otra parte, la proyección es que dentro de dos décadas vamos a perder la mayoría de los glaciares que están por debajo de los 5.400 metros sobre el nivel del mar. La pregunta es de dónde va a venir el agua dulce de Bolivia.

Otra cosa preocupante de las predicciones científicas es que vamos a perder el lago Titicaca. Hay estudios de los sedimentos del lago, y en ellos se ve que cuando hubo uno a dos grados de calentamiento, el nivel del lago se redujo hasta 85 metros. Actualmente el lago tiene una profundidad de 282 metros. Entonces bajó de 282 a 85 metros con sólo uno a dos grados de alza de temperatura. Entonces, si estamos hablando de cuatro grados para el futuro, podemos predecir que vamos a perder el lago.

P: ¿Cuándo se estima que esto podría ocurrir?

Después de 2030 vamos a empezar a experimentar algunos de esos cambios. Los fenómenos más graves podrían darse en 2100, en términos del lago por ejemplo.

P: ¿Estamos a tiempo de hacer algo para impedirlo?

Lo importante es pensar qué actividades en Bolivia contribuyen a impulsar el problema. Por ejemplo, la desaparición de los glaciares no es causada por el cambio climático, sino por el hollín, es decir, el carbono negro que producimos cuando hay incendios. Este polvo negro sube a la atmósfera y desciende sobre los glaciares.

Otro ejemplo de solución es que no es necesario hacer chaqueos. Hace 500 años, la población indígena no los provocaba, porque no es necesario hacerlo. Lo que hacían era que cuando se empezaba a quemar el material orgánico, se lo enterraba de inmediato, antes de que se convierta en humo. Ese proceso fortalece el suelo, no produce gases de efecto invernadero y fortalece los nutrientes, lo cual permite plantar varios años en el mismo territorio. Es muy importante que volvamos a esas prácticas utilizadas hace 500 años.

El otro factor que tenemos que aceptar para vivir una economía de cero emisiones es pensar en cómo reducir el consumo de carne. En Bolivia éste ha subido muy rápidamente.

Los bolivianos consumimos ocho veces más carne de pollo por persona que hace 50 años. En cuanto a la carne de res, el consumo ha crecido en dos veces y medio en el mismo periodo de tiempo. Para tener un desarrollo sostenible no se puede comer tanta carne, sobre todo cuando miramos que la ganadería causa el 27% de la deforestación en Bolivia.


Fuente: Enlaces Bolivia

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